"Lasciare Andare"
"Il fiume della vita scorre tra le sponde del dolore e del piacere. Il problema sorge solo quando la mente rifiuta di fluire con la vita e si arena sulle sponde. Per fluire intendo l’accettazione: accogliere ciò che viene e lasciare andare ciò che va”.
- Io sono quello di Nisargadatta Maharaj -
"El río de la vida fluye entre las orillas del dolor y del placer. El problema surge sólo cuando la mente se niega a fluir con la vida y encalla en las orillas. Por fluir me refiero a la aceptación: acoger lo que viene y soltar lo que se va”.
- Yo soy aquel de Nisargadatta Maharaj -
Pueden recordar a la primera persona de la que en verdad se enamoraron?
No hablo de los ojos de carnero a medio morir por el zopilote que les gustaba en la escuela. Hablo de ese primer enamoramiento que los dejó marcados de por vida y que se volvió el estándar para subsecuentes relaciones.
Yo sí.
Me acuerdo como si fuera ayer del primer chaval que me quedó clavado en el alma aún 20 años después de haber terminado.
Fue un amor puro, grande como el cielo despejado en un dia de sol, apasionado como solo un par de chiquillos de 21 pueden serlo e increíblemente doloroso cuando terminó.
Adoraba sus ojos grises, su cabello rubio, su risa, sus camisas a cuadros, el olor de su cuerpo, y descubrí que a pesar de tener imperfecciones (humano al fin y al cabo, ya perdía su cabello en aquella época, los dedos gordos de sus pies eran enormes, me volvía loca porque no era muy comunicativo) lo amaría con la misma intensa terquedad durante toda nuestra relación e incluso después de que todo terminara.
Muchos años después, en retrospectiva, pese a nuestros sentimientos, para ambos bastante legítimos, me doy cuenta de que no hubiera sido un amor para siempre. Eramos muy distintos: él estaba enfocado en sus metas profesionales. Yo era demasiado apasionada e intensa y lo hacía el centro de mi universo. Eramos agua y fuego. El amor no hubiera podido sobrevivir nuestra propias diferencias e inmadurez.
Sin embargo, cuando él se fué, entré en una depresión que duró varios meses, tanto así que mis padres me instaron a estudiar una segunda carrera para distraerme. Fue una decisión acertada. Me concentré en mis estudios y 3 años después me graduaba sin mayores problemas. Una relación rota y 2 carreras. No está mal, no?
No pude volver a enamorarme. Por alguna razón, ningun otro hombre logró traspasar este corazón mío con la misma intensidad. Ha habido cariños, peleas, matrimonio, decepciones, separación. Nunca logré dar con esa persona, que me pudiera hacer sentir lo mismo que cuando tenía 21 años. Empezaba y terminaba relaciones sin pensarlo y sin secuelas.
Creía que con aquel amor, algo había muerto en mi que me dejó como un zombi emocional.
"Creía".
Hasta que conocí a ese tipo raro, diferente, sencillo y al mismo tiempo, completamente extraordinario, que después de unas cuantas horas, hizo que mi corazón, antes indiferente, se agitara como pajarito asustado con solo pensar en él e hiciera que en mi estomago se revolvieran cientos de mariposas con una ansiedad del diablo.
Me enamoré como solo una vez antes lo había hecho: con locura, pasión, entrega total. Pero, ay! Una vez más, el afecto lo ganó un ser completamente opuesto a mí: él en control de sus emociones, con su mente enfocada en diferentes planes y objectivos. Yo, apasionada, directa, intensa. Él no hablaba nunca de emociones, yo deseaba ahondar en la realidad de lo que sentíamos. Él, deseando vivir su vida, libre de ataduras y problemas, yo deseando sentir sus brazos fuertes acercándome a su cuerpo. Él aire. Yo fuego.
Él nunca mintió ni ofreció nada que no pudiera dar. Mi corazón se fue tras de él ciegamente. La falta de experiencia en el amor real, hace que mi músculo cardiaco, continúe tierno y sin asperezas. No supe como protegerlo. Mi propia personalidad, que no puede esconder el más mínimo sentimiento, pudo menos con uno tan poderoso como este.
A pesar de que mi cabeza dura al principio se rehusó a rendirse, me dí cuenta de que no se trataba de "renunciar". Quiero que sea feliz y que viva su vida como quiera vivirla. Incluso si esa vida no me incluye.
"Mereces a un un hombre que te dedique el 100% de si mismo" dijo en su adiós.
Yo no quería su 100%. Yo lo único que quería era que me dejara quererlo.
En el cuidado que puso en cada una de sus palabras, vi que hasta el último momento, trató de no herirme. No por miedo a una escena digna de "Atracción Fatal", si no porque, así era el. Y odié comprender de que lo amé más, aún entonces, por eso.
Aunque duela, aveces la mejor manera de amar a una persona es apartarnos de su camino. Es parte de madurar. Algo que hace 20 años no hubiese entendido.
Por ahora, trataré de mantenerme ocupada. Trabajar en mi misma va a ser mi manera de sanar. También espero no tardar otros 20 y tantos años para enamorarme de nuevo y de seguro, espero la próxima vez, enamorarme de una persona que esté igualmente dispuesta a recibir este amor y darlo de regreso.
Lasciare andare.
Bendito río de la vida...! Maldito río de la vida ...!
Comentarios
Publicar un comentario