María es ...
María es hermosa y fresca como una mañana en la montaña. Cuando se despierta, mi cansancio desaparece y sus ojos café iluminan el mundo entero. Su cabecita está llena de rizos desordenados que saltan con ella cuando corre por la casa. Sus mejillas son rosadas con dos hoyuelos que no me canso de besar.
Cuando rie, y lo hace a menudo, tiene una carcajada escandalosa y descarada. Su risa nunca es timida. Se asoma naturalmente en donde sea. Cuando ve sus caricaturas favoritas, cuando juego con ella a las cosquillas, cuando su padre la alza para tocar el cielo, las veces que sea, impulsándola por los aires hasta hasta que la edad y el dolor de espalda, le ganan. Maria toca el suelo con las patillas descalzas, en pura risa y sale corriendo al cuarto para seguir jugando.
Maria es inteligente como un zorro. Le gusta desobedecer y ver hasta donde puede llegar antes de que algún adulto le diga algo. Y aún asi, se ríe y echa a correr, sabiendo que en casa, ella es reina y una voz severa es todo lo que va a recibir. Abre y cierra puertas, enciende y apaga luces, sus super-poderes: ahora nadie puede sacarla de una habitación apagando las luces, nadie la puede dejar a oscuras en su cuarto. Una de sus ocupaciones favoritas? Encender la secadora. Sabe exactamente que botón presionar para echarla a andar. Sus juguetes favoritos? Las latas de la despensa. Puede pasar horas, agrupándolas o haciendo torres tan altas como ella, para luego destruir de un golpe lo que tanto ha disfrutado crear. Le gusta ver las latas caer y el ruido que hacen. A pesar de que nunca me voy a comer su contenido, las conservo, solo por ella.
Maria canta. Con esa vocecilla desafinada, sigue sus canciones favoritas. A sus edad, las canciones llevan caballos verdes, gallos, vacas, gallinas pintonas y turulecas, gatos, perros, vocales y números.
Disfruta sentarse en mi regazo, sin importar si descanso o me encuentro en una reunion de trabajo o escribiendo un reporte. Con la seguridad del dueño del carro, se acerca a mi, tira una pierna sobre mi regazo, impulsándose con la otra pierna, ya sea para sentarse a ver lo que estoy viendo, o para acurrucarse en mi pecho. No le importa si quedo tratando de escribir con una sola mano. Su deseo es orden.
Varias veces durante el día, le digo: "María. Te amo. Y vos me amás tambien?". Su respuesta es una mirada vaga, a la pared, al suelo, un juguete. Nunca una palabra.
Maria no habla con palabras. Ella balbucea, repite sonidos que le parecen interesantes. Desde la sala la escucho repetir las vocales seguidas de sonidos que a adoptado de todas partes: "A... E... I...O ... U... uy ... uy ...a ia ...a ia ...wop ... coooo...muuuuuuu... oh no! ... "
Cuando tiene hambre, se va a sentar a su silla en la cocina y espera en silencio.
Cuando tiene sueño, me busca, echa sus bracitos alrededor de mi cuello para que la acune en mi pecho.
Cuando quiere algo, me toma del vestido y me lleva hasta donde esta el objeto deseado y lo mira con ansiedad hasta que se lo doy.
Ama las texturas suaves, su oso de peluche, su cubre-almohada de satin, la panza del gato. Cuando lo ve durmiendo en el sofa, acerca su rostro al pelaje blanco y suave del costado del michi y despacio, con los ojos cerrados, pasa su frente apenas rozando. Despues de hacer esto varias veces, se levanta y continúa con sus juegos.
Maria es desordenada. Puede convertir una casa en una zona de desastre natural en solo unos minutos. A su paso quedan en el suelo, juguetes, latas, botellas vacías, cojines, sábanas, libros, zapatos y tres tristes tigres que comían en el trigal.
Cansada, la increpo: "María! Qué es este desorden? Ayúdame a recoger estas cosas! Ahora!"
Ella me mira, sabiendo que ha hecho algo malo. Comienza a recoger los libros, arreglandolos en una pila sobre una de las libreras. Si me descuido tira algunos detras de algún mueble. Sin embargo, este impulso de ayuda dura lo que un suspiro, uno de los gatos la distrae y el trabajo queda en pausa permanente. Cinco minutos después, olvida mi enojo y la encuentro de nuevo, sacando libros de la misma pila que ella arregló.
Maria, es consentida. Caprichosa como diosa egipcia. La peor palabra que puede escuchar es "no". Detesta lavarse y cepillarse el pelo. Odia la comida nueva. Si el cansancio la agarra fuera de su cama, puede pasar de 0 a 120 en 3 segundos. Sin embargo, su caracter se inclina naturalmente hacia la dulzura y ninguna rabieta dura mas de 5 minutos. Nuestros besos esquimales se convierten en carcajadas y una vez mas, está como si nada.
Maria es esperanza. Maria es risa. Maria es llanto. Maria es dulzura. Maria es dia y noche. Maria es descanso. Maria es mi paraiso y mi caos. Maria es.
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